Aguas de color, pinturas


A lo largo de los siglos se han utilizado un serie de acabados y pinturas para proteger y dar color a las superficies de casas de madera. Durante la mayor parte del siglo XX se han preferido pinturas preparadas disueltas en agua o en aceite, disponibles en una enorme gama de colores. Los pintores de tiempos pretéritos, sin embargo, debían mezclar sus pinturas y tintes en el lugar de trabajo, lo que llevaban a cabo con ingredientes locales. La lechada de cal es el acabado decorativo tradicional mas antiguo, utilizado por primera vez alrededor del año 8000 A.C. Es la forma mas simple de un tintado lechoso hecho diluyendo trozos de cal en agua para producir una pasta que luego se diluía con agua a la que se le añade un agente protector de la humedad, como aceite de linaza o grasa animal. Aplicando en varias capas, se seca y da lugar a un color blanco opaco que es brillante y luminoso a la luz del sol, y mate o parecido al yeso cuando el cielo esta cubierto. La lechada de cal coloreada se obtiene añadiendo pigmentos, tradicionalmente pigmentos terrosos, como los derivados de la arcilla, o con productos de la industria minera, tales como cobalto, cadmio, carbonato de cobre y oxido de hierro. Aparte de la intensidad de su color, que madura con la edad, el enjalbegado es semiporoso, de modo que la humedad de la superficie sobre la cual se aplica puede evaporarse, mas que quedar atrapada y ocasionar desperfectos. Además, la cal actua como agente antibacteriano e impide la infestación por insectos. Estas propiedades estéticas y físicas explican su frecuente utilización hasta finales del siglo XIX, principalmente en muros de adobe o blanqueados con cal y en los paneles de relleno de adobe de las casas con bastimento de madera, asi como en la ebanistería exterior.