Aunque duraderos, estos precursores de las pinturas al oleo preparadas del siglo XX requerían tiempo para su preparación y aplicación en dos o tres capas y resultaban caras. La pintura a la caseína, sin embargo, era mas fácil de elaborar y aplicar, y era casi tan duradera como la pintura oleosa. También conocida como pintura de leche, se hace coloreando suero de leche con pigmentos vegetales o barros locales. Para impedir el crecimiento de los hongos o la infestación por insectos se solía añadir un poco de cal a la mezcla. Aplicada en una o dos capas de rápido secado, proporcionaba un acabado opaco con un sutil brillo mate satinado. La pintura de leche se uso en construcciones de madera interiores y exteriores y en muebles en Europa y Escandinavia a partir del siglo XVII y así mismo en las antípodas durante el siglo XIX e inicios del XX. Actualmente se relaciona con el estilo colonial americano del siglo XVIII y con las casas de estilo renacentista colonial de finales del siglo XIX y principios del XX, en las cuales las paredes de tablones, los tableros, los marcos de ventanas, las escaleras y las puertas se decoraban casi exclusivamente con este acabado. Los colores favoritos incluían, el blanco, el mostaza, el verde salvia y oscuro, el gris malva, el rojo baya y orín y el negro.
Los dorados fueron una forma de decoración popular para las superficies de la madera, en especial, los tableros y molduras. La técnica consiste en adherir hojas delgadas o polvo de oro sobre superficies de madera o yeso, cepillándolas a continuación hasta obtener un acabado brillante y lustroso. Tradicionalmente se aplicaba una fina capa de arcilla roja o yeso pintado de rojo debajo de la hoja o dl polvo para proporcionar un resplandor cálido al dorado. Desde la edad media , los dorados se han empleado como demostración de opulencia en muchas grandes construcciones, aplicando a los fustes de columnas, tallados en madera, molduras de yesos, marcos de espejos.
Además del dorado, se pueden emplear una serie de técnicas especiales para decorar la madera con color, muestras y motivos, que proceden de artistas itinerantes que recorrían los países decorando interiores y objetos a cambio de una paga, alojamiento o manutención.
Las más populares eran el estarcido, el arte popular, la imitación del veteado de la madera y el mármol.
Los dorados fueron una forma de decoración popular para las superficies de la madera, en especial, los tableros y molduras. La técnica consiste en adherir hojas delgadas o polvo de oro sobre superficies de madera o yeso, cepillándolas a continuación hasta obtener un acabado brillante y lustroso. Tradicionalmente se aplicaba una fina capa de arcilla roja o yeso pintado de rojo debajo de la hoja o dl polvo para proporcionar un resplandor cálido al dorado. Desde la edad media , los dorados se han empleado como demostración de opulencia en muchas grandes construcciones, aplicando a los fustes de columnas, tallados en madera, molduras de yesos, marcos de espejos.
Además del dorado, se pueden emplear una serie de técnicas especiales para decorar la madera con color, muestras y motivos, que proceden de artistas itinerantes que recorrían los países decorando interiores y objetos a cambio de una paga, alojamiento o manutención.
Las más populares eran el estarcido, el arte popular, la imitación del veteado de la madera y el mármol.