Aguas de color, pinturas


A lo largo de los siglos se han utilizado un serie de acabados y pinturas para proteger y dar color a las superficies de casas de madera. Durante la mayor parte del siglo XX se han preferido pinturas preparadas disueltas en agua o en aceite, disponibles en una enorme gama de colores. Los pintores de tiempos pretéritos, sin embargo, debían mezclar sus pinturas y tintes en el lugar de trabajo, lo que llevaban a cabo con ingredientes locales. La lechada de cal es el acabado decorativo tradicional mas antiguo, utilizado por primera vez alrededor del año 8000 A.C. Es la forma mas simple de un tintado lechoso hecho diluyendo trozos de cal en agua para producir una pasta que luego se diluía con agua a la que se le añade un agente protector de la humedad, como aceite de linaza o grasa animal. Aplicando en varias capas, se seca y da lugar a un color blanco opaco que es brillante y luminoso a la luz del sol, y mate o parecido al yeso cuando el cielo esta cubierto. La lechada de cal coloreada se obtiene añadiendo pigmentos, tradicionalmente pigmentos terrosos, como los derivados de la arcilla, o con productos de la industria minera, tales como cobalto, cadmio, carbonato de cobre y oxido de hierro. Aparte de la intensidad de su color, que madura con la edad, el enjalbegado es semiporoso, de modo que la humedad de la superficie sobre la cual se aplica puede evaporarse, mas que quedar atrapada y ocasionar desperfectos. Además, la cal actua como agente antibacteriano e impide la infestación por insectos. Estas propiedades estéticas y físicas explican su frecuente utilización hasta finales del siglo XIX, principalmente en muros de adobe o blanqueados con cal y en los paneles de relleno de adobe de las casas con bastimento de madera, asi como en la ebanistería exterior.

tonalidades de colores


Aparte del blanco ubicuo, los colores tendían a reflejar la pigmentación de los barros locales y de los depósitos minerales de los cuales se obtenían la mayoría de los pigmentos. En europa septentrional se utilizaban preferentemente tonalidades crema, cuero claro, mostaza, pardo claro y verde, asi como rosa viejo y rojo, mientras que en la europa meridional se usaban colores mas vibrantes, como el azul malva y amarillo acido. En Escandinavia, donde la mayoría de los exteriores de madera quedaron sin pintar hasta alrededor de la mitad del siglo XIX, estaban de moda colores tan diferentes como el ocre crema, el amarillo palido, el naranja tostado, el azul palido y purpureo, el rosa salmon y el rojo orin, mientras que en estados unidos se utilizaron desde el periodo colonial colores intensos, mates , terreos como el rojo pardo, el terracota y el caléndula.Antes de mediados del siglo XIX también se aplicaba el enjalbegado a las paredes interiores. De todos modos, solia desconcharse al fregarlo y, por este motivo, se sustituyo por el blanqueado, una mezcla simple blanqueadora y cola de animal, disuelta en agua y pigmentada, si se deseaba. El blanqueado se seca proporcionando un acabado opaco y muestra una variedad e intensidad de tonalidades semejantes al enjalbegado. En todo caso si bien es muy adecuado para paredes enyesadas, no es especialmente duradero cuando se utiliza sobre madera y se desconchara pronto si la madera subyacente tiene un elevado contenido de humedad. En consecuencia, los pintores tendían a utilizar medios mas elásticos, sobre todo para la madera exterior expuesta, tales como protecciones de interperie.Para clientes mas acaudalados, los decoradores mezclaban pinturas al aceite, moliendo tierra y pigmentos minerales, mezclándolos con blanco para aclarar el color y añadiéndoles aceite de linaza hervido y trema tina.

Historia de la pintura


Aunque duraderos, estos precursores de las pinturas al oleo preparadas del siglo XX requerían tiempo para su preparación y aplicación en dos o tres capas y resultaban caras. La pintura a la caseína, sin embargo, era mas fácil de elaborar y aplicar, y era casi tan duradera como la pintura oleosa. También conocida como pintura de leche, se hace coloreando suero de leche con pigmentos vegetales o barros locales. Para impedir el crecimiento de los hongos o la infestación por insectos se solía añadir un poco de cal a la mezcla. Aplicada en una o dos capas de rápido secado, proporcionaba un acabado opaco con un sutil brillo mate satinado. La pintura de leche se uso en construcciones de madera interiores y exteriores y en muebles en Europa y Escandinavia a partir del siglo XVII y así mismo en las antípodas durante el siglo XIX e inicios del XX. Actualmente se relaciona con el estilo colonial americano del siglo XVIII y con las casas de estilo renacentista colonial de finales del siglo XIX y principios del XX, en las cuales las paredes de tablones, los tableros, los marcos de ventanas, las escaleras y las puertas se decoraban casi exclusivamente con este acabado. Los colores favoritos incluían, el blanco, el mostaza, el verde salvia y oscuro, el gris malva, el rojo baya y orín y el negro.
Los dorados fueron una forma de decoración popular para las superficies de la madera, en especial, los tableros y molduras. La técnica consiste en adherir hojas delgadas o polvo de oro sobre superficies de madera o yeso, cepillándolas a continuación hasta obtener un acabado brillante y lustroso. Tradicionalmente se aplicaba una fina capa de arcilla roja o yeso pintado de rojo debajo de la hoja o dl polvo para proporcionar un resplandor cálido al dorado. Desde la edad media , los dorados se han empleado como demostración de opulencia en muchas grandes construcciones, aplicando a los fustes de columnas, tallados en madera, molduras de yesos, marcos de espejos.
Además del dorado, se pueden emplear una serie de técnicas especiales para decorar la madera con color, muestras y motivos, que proceden de artistas itinerantes que recorrían los países decorando interiores y objetos a cambio de una paga, alojamiento o manutención.
Las más populares eran el estarcido, el arte popular, la imitación del veteado de la madera y el mármol.